Un niño que aprende a comer de manera correcta continuará comiendo de manera saludable a lo largo de toda su vida.
Una buena nutrición, una dieta equilibrada y buenos hábitos alimentarios en cada etapa de la vida ayudan desde pequeños a crecer saludables.
La malnutrición infantil se puede dar de defecto o por exceso, ambas tienen consecuencias muy negativas en el futuro próximo.
La obesidad infantil puede acarrear problemas a corto plazo, físicos como la diabetes tipo II, hipertensión, triglicéridos, colesterol... y psicológicos como la baja autoestima, estigma social, ...
La mayoría de los factores asociados a la obesidad infantil están relacionados con el estilo de vida, inculcando a nuestros hijos buenos hábitos alimentarios y fomentar una adecuada actividad física son claves para atajar esta tendencia.